Europa deberá hacer un esfuerzo de productividad y de investigación e innovación para crecer.
Por el contrario, una visión pesimista hará hincapié en los desequilibrios que se han multiplicado y alimentan un miedo al futuro en los países donde la prosperidad es más antigua, como los de la "vieja Europa". Miedo a un cambio de las relaciones de fuerza; miedo al declive; miedo sobre todo a la regresión, pues la mundialización viene acompañada de replanteamientos económicos y sociales que fragilizan a las clases medias, que temen un retroceso -y esto tanto en Estados Unidos como en Europa-, cuando todos nuestros sistemas se apoyaban en los mecanismos de ascenso social.
Además, el periodo de locura financiera, cuyo punto de partida fue la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers, vino acompañada por un formidable incremento de las desigualdades en beneficio de las categorías más ricas.
En este contexto, en Europa, la atención seguirá focalizada en la salida de la crisis y en la cuestión de si la recuperación será suficientemente vigorosa como para conseguir que vuelva a retroceder el paro, de nuevo la principal preocupación del conjunto de la Unión Europea, que no en vano tiene una tasa media de desempleo del 10%. Es sabido que Europa tendrá que hacer un gran esfuerzo de productividad y, por tanto, de investigación e innovación, para volver a dotarse de las capacidades de crecimiento necesarias; de lo contrario, nos instalaríamos en un sistema desacoplado, a saber: un fuerte crecimiento en los países emergentes (Brasil, India, China y, tal vez mañana, África); un crecimiento sostenido del orden de 3,5 puntos, en Estados Unidos; un crecimiento débil y, por tanto, incapaz de generar suficiente empleo, en Europa.
Cada vez que se ha desencadenado una ofensiva, los países europeos han respondido puntualmente, sobre todo para salvar a Grecia. Luego, mediante la articulación de un fondo especial de 750.000 millones de euros y de un mecanismo de solidaridad perenne a partir de 2013. Cada vez, esa respuesta, esencialmente financiera y técnica, ha llegado con un tiempo de retraso. O, mejor dicho, la especulación siempre va un tiempo por delante. Tanto es así que, a estas alturas, la única salida razonable es organizar una respuesta política: no solamente proclamando alto y claro que los países afectados -que además acaban de recibir el apoyo de China- defenderán el euro con uñas y dientes, sino, sobre todo, para apoyar su proclamación, decidiendo avanzar hacia un federalismo presupuestario y monetario, especialmente a través de la emisión de bonos del Tesoro europeos, que desanimarían a los asaltantes de seguir poniendo su punto de mira en un país después de otro.
Enunciar la zona euro como una especie de bloque y dar a nuestros países los medios de constituir ese bloque. El año 2011 será decisivo.
ACTIVIDADES:
1. Pon un título informativo al texto. Justifícalo.
2. Resume el texto.
3. Divide el texto en partes, di cuál es la idea esencial de cada una y cuál es la relación que mantienen entre sí.
4. ¿Cómo ves tú el año 2011? (Unas diez líneas).
5. ¿Qué ideas aportan las palabras y o expresiones o proposiciones marcadas con este color?
Por supuesto, todo será individual y deberá servirte para demostrar tus avances en las pruebas que realizaremos de aquí en adelante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario